Luna en Tandil

Luna en Tandil

A Guadalupe

Lupita mira la luna llena y la luna la observa desde el cielo azul.

¿Qué encanto tiene la luna? Su luz la seduce.

Hoy es redonda y blanca como una tostada con manteca.

Después la ve más pequeña y no sabe por qué. Se parece a una sandía.

Algunas veces la ve en las aguas del dique y en el cielo al mismo tiempo.

Ayer no apareció. Tal vez se escondió detrás del pino de su jardín.

Cuando sale a la noche Lupita a buscar la luna no siempre la encuentra,

aunque el cielo esté lleno de estrellas.

Hoy su abuelo le fabricó un barrilete con papel de diario. Lupita mira con atención, pero no sabe qué es. El abuelo le puso flecos y la cola con moños.

¿Para qué sirve un barrilete? Mañana irán a remontarlo a la sierra. ¡Alto vuela el barrilete! Lupita mira cómo su abuelo suelta el hilo y el barrilete se eleva con el viento. De pronto un extraño pájaro atrevido corta el hilo con su pico y el barrilete se pierde, chiquito, en el espacio. Hay muchas nubes. Lupita no ve más su barrilete.

El abuelo la consuela. Le hará otro con papeles de colores.

Regresan a casa. Ha comenzado a llover.

Pero esa noche cuando Lupita se está por dormir, una luz alumbra, por la ventana de su cuarto ve bajar a la luna. ¡No puede ser! Va llegando la luna blanca, como un ramo de azucenas, con su barrilete en los brazos.

Esa luna luna. Esa niña niña. Esa noche mágica se han encontrado.

Tandil, 28 de noviembre de 2020