VIOLENCIAS

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¿Será que estamos perdiendo la capacidad de afectarnos, de pensar críticamente, de apartarnos de la violencia que nos envuelve? ¿Nos estamos deshumanizando y haciendo de la indiferencia nuestro estilo de vida? ¿O esto fue así siempre?

VIOLENCIA 1. Cuando papá grita me escondo debajo de la cama y me tapo las orejas con los almohadones para no oír los gritos de mamá y su llanto. Aún hoy antes de acostarme me aseguro que no haya una niña debajo de mi cama y dejo almohadones en el piso, por las dudas.

VIOLENCIA 2. ¡Ay, tatarabuela mapuche, humillada y despojada de tu cuerpo!¡Ay, bisabuela mapuche, separada de tu lof, de familia en familia, sirviendo forzada! Constelación de sufrimientos. ¡Ay, abuela mapuche, guardiana de la mapu, con un nombre wingka! ¡Ay, madre  blanca, ¿quién soy?! Guardiana de las semillas, denuncio.

VIOLENCIA 3. Es violento que me colonicen el pensamiento y mi lengua repita lo que el conocimiento androcéntrico me ha enseñado, con una visión del mundo masculino hegemónico, del masculino adulto blanco capacitado propietario heterosexual y con relaciones de poder.

VIOLENCIA 4. La percepción el deseo y la creencia de los hombres han construido a las mujeres y forzado, falsamente, a ser como ellos quieren. Luego dicen “son así por naturaleza”. Esto es violento ilusorio y ya nadie les cree.

VIOLENCIA 5. ¿Quién creó las herramientas, el hombre cazador o la mujer recolectora?

VIOLENCIA 6. Es violento tratar como patología como aberraciones a sujetos con su propia especificidad física y sexual en un continuum en el que hombre y mujer prototípicos serían los extremos. La intersexualidad no es una enfermedad. Es más bien un prejuicio de cómo debe ser el cuerpo de las personas en lugar de una descripción acerca de cómo es.

                                                                                                     Gracias Diana Maffía-Rita Segato