miedos

miedos

No Tengas Miedo

Cuando finalmente pude superar al hombre de la bolsa, al cuco, a las gitanas, a no salir a la hora de la siesta, a no acercarme a los autos que hacen preguntas, a no olvidarme el DNI para no ser llevada presa, cuando dejé de tener cobardía de cargar a Neruda a Haroldo Conti a Cortázar a Orwell a Bornemann a Bradbury en mi mochila. Cuando pude vencer el horror a las cucarachas las ratas la oscuridad, atravesar los corredores de la casa de la abuela pasando por el dormitorio donde habían sido velados todos mis muertos. Cuando creí que tantos años de terapia habían vencido mis miedos, mis más profundos y secretos miedos, aparece esta bendita pandemia. Por fin puedo quedarme en casa sin excusarme ante nadie, ni dar explicaciones sin sentirme rara por este pánico, sin tener que mentir para no ir a fiestas y reuniones, siendo feliz de trabajar por pantalla sin tener que besar con fastidio a tanta gente que me es indiferente, alegre porque nadie puede viajar a Europa, ¡como yo! Soy afortunada por no necesitar ir a la peluquería a la depiladora a la manicura, al supermercado, a los bancos, de tener que practicar yoga porque está de moda. Estoy dichosa de no tener que viajar oliendo las axilas de los otros, respirando su mismo aliento. Si quiero no como no me baño no limpio el departamento y me quedo acurrucada en mi cama, tapadita, muy abrigada, encogida, acariciada por Margarita, mi gata, las persianas bajas los electrodomésticos silenciados y me duermo sin tener miedo a nada, a nada y menos a vos papá.