DE RITOS SE TRATA

Hagan silencio y escuchen. Imposible, todos quieren hablar al mismo tiempo y gritan gritan, porque gritando tapamos al otro. Así es la mesa de los niños y las niñas.

Cuando la abuela Frida pide silencio, no hablar, a comer y callar, los hijos de la abuela, los padres de las criaturas se fastidian, eso no es crianza respetuosa. Eso no es para estos tiempos, no se manda a callar a nadie. La abuela Frida quería bendecir la mesa navideña porque como dice el filósofo las fiestas hoy se comercializan y son espectáculos, pero para ella la Navidad es un rito sagrado.

 El silencio – continuó – ese silencio inviolable (como el de la hora de la siesta, acotó Lourdes) ya no existe porque todos y todas hablamos al unísono y parece que el silencio es algo negativo, aguante el ruido, así permitimos que los estímulos intrusos nos agobien o nos enfermen. La abuela Frida pretende que la escuchen en esta mesa de Nochebuena, les habla de los ritos, que los ritos hacen que un día sea diferente a los otros días (como el día de mi cumpleaños agregó Pedro, porque nos saludan y nos dan regalos anotó Apolo). Algo así, pero esta noche es una noche mágica, que no es solo para comer en media hora ¡tanta comida!¡No! Es para agradecer que estamos juntos, vivos, alrededor de esta mesa donde reunimos las cosas queridas (esas cosas queridas que salen del corazón apuntó Lara). ¡Eso!¡Eso mismo, donde debe haber tiempo para escuchar al otro a la otra, prestarle atención, dejar de lado tantas prisas y hacer un alto y reflexionar!,(qué es reflexionar preguntó Ani). Bien, es pensar con profundidad, hacia adentro y la abuela Frida hizo un gesto con sus manos contra el pecho (Así así y el pequeño Titi repitió el gesto varias veces).

Los ojos de la abuela Frida estaban abiertos como lunas llenas y los niños y las niñas la miraban con interés y los adultos iban apagando los celulares. La abuela Frida no se extendió mucho más, resaltó el poder de la palabra, de escuchar y respetar la palabra (porque una palabra Tuya bastará para sanarme añadió el abuelo) del otro de la otra. Sí, la palabra del Niño que nace hoy sale del corazón, es verdadera, porque como dijo el Zorro al Principito (abuela, yo tengo ese libro añadió Santiago, lo esencial es invisible a los ojos dijeron los adultos). Luego se tomaron de las manos cerraron los ojos y finalmente hubo un largo y milagroso silencio, la energía circulaba en esa mesa de Nochebuena. La abuela Frida y el abuelo sintieron que cuando de ritos se trata la familia menuda es la que más comprende.

El vitel toné de Leticia estuvo exquisito. Amén.