la oportunidad

la oportunidad

La Oportunidad

Ha llegado el otoño y Puelo se rinde al lago turquesa. El Currumahuida lo cuida como un gigante negro celoso. Voy por el Bosque de las Sombras, lo camino, lo asciendo, lo trepo. El cielo azul rompe el espejo de agua. Sobre los arbustos del michay junto a las zarzamoras y a la rosa mosqueta invasora se detiene una pareja de bandurrias. En estos tiempos de peste no voy a trabajar. Estoy solo en mi cabaña, no recibo a nadie, me arreglo bastante bien mientras funcione internet. Hago lo que más me gusta, caminar por el bosque, leer y escribir. Tal vez esta sea una oportunidad para sacar lo mejor de mí, para convertir, cual alquimista, mis miserables poesías mis cuentos vulgares en algo valioso. Quizá hasta pueda escribir mi mejor novela, una de terror. Me siento en mi poltrona frente al ventanal y contemplo el Curru. Me preocupa que hace varios días un zorro colorado se ha metido en el terreno. Ayer eran tres los zorros que se acercaron a la cabaña. También observé que detrás de la mutisia había unas vizcachas, ¡qué extraño! pensé. Anoche se me ha llenado el tejado de bandurrias. El sonido era ensordecedor, creo que han destrozado el cableado a picotazos. Estoy sin internet. Ya son siete los zorros. Alrededor del maitén se han convocado los choiques. Son muchos, esto es muy raro. Me quedé sin agua. No veo a nadie transitando, ni autos, ni ruidos. Tal vez el virus acabó con todos. Es como si el Curru se hubiera comido al pueblo. No tengo electricidad. Se acabó mi carga de celular. Un increíble cóndor andino está rompiendo con su poderoso pico el ventanal de adelante. Ya son tres los cóndores, tienen mucha fuerza. No pasará nada, no se atreverán a invadir mi cabaña. En el Millán Lemu hallé hadas y duendes para mis historias. Se acercan, todos se acercan. Anochece en el valle. Intentan entrar. Oigo al viento impertinente golpeando maderas. Mi sombrero verde se ha volado de la entrada. Me acomodo en la poltrona a ver cómo la comarca andina se llena de fantasmas. Comienza a llover y con el olor a tierra llega el aroma a tarta de arándanos y moras. Han entrado al altillo. Ojalá me quede dormido y pueda pergeñar una novela de terror.